Macramé como terapia

Hoy en día, vivimos a un ritmo muy acelerado, la mayoría de las veces sentimos que el tiempo “se nos pasa volando” y que realmente no alcanzan las horas del día para tantas cosas que tenemos pendientes por hacer. Como individuos y por un acto que pudiera ser hasta inconsciente, buscamos algo alterno que nos permita un respiro… Necesitamos una actividad que nos permita, así sea unos instantes de parada, para recordar que estamos vivos, que nos permita sentir parte de la vida, que nos permita palpar cosas, experimentar sensaciones que generen paz. Para mí esa actividad perfecta que trae bienestar y un placer sin igual existe y se llama Macramé, y le aseguro que no estoy siendo romántica al defenderla a capa y espada. A medida que avanzas en el tejido, disminuye el ritmo cardiaco y la presión arterial y los músculos se relajan. Entonces, seguidamente, comienzan otros efectos secundarios, y es que no solo estamos relajados y más tranquilos, también como resultado, dejamos de estar ansiosos y es así como el cerebro tiene por fin la oportunidad de enfocarse en otras cosas.

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