Seguir y seguir el hilo como quien sigue una hebra de aliento, de vida, de ilusión y de verdad, es continuar, proseguir una actividad, dar la razón sin cuestionar lo diferente, aceptar el rol y el destino humanos. Sin embargo, la construcción de la identidad femenina parte de la propia deconstrucción de lo atribuido a las mujeres para repensar y rehacer un nuevo panorama de oportunidades y diferencias de identidad. Siguiendo estas ideas, el rol de la mujer que cose y espera, encarnado en el mito de Penélope, ha sido reinterpretado en numerosas obras literarias y plásticas con la intención de deconstruir la idea de la mujer que teje de día y desteje de noche su labor diariamente, a la espera de que el devenir le aporte lo que sueña y anhela: la vuelta de su amado esposo Odiseo, que ha de ser su salvador.
Adentrándose un poco más en la Mitología clásica y buscando en ella referencias sobre el hilo o el tejer, se encuentra el mito de Aracne, quien alardeaba de ser mejor tejedora que Atenea, diosa de la artesanía. Atenea retó a Aracne a una competición entre ambas para tejer el mejor tapiz. Ante la calidad del trabajo de Aracne y el tema elegido por ella, dedicado a las infidelidades divinas, Atenea encolerizó. Entonces Aracne, huyó y se ahorcó, mientras Atenea, apiadada de ella, transformó la cuerda usada para el suicidio en un hilo de araña. También la diosa atribuyó a Aracne la forma de este animal, quedando ésta destina a tejer su propio espacio de acción, su nido, su refugio y su templo. Así fue como Aracne pasó a ser considerada un ser hostil por demostrar sus habilidades a los demás sin tener consideración de Atenea, aunque se le atribuye el invento del hilo y las redes. Siguiendo con la Mitología y el Arte, también encontramos en la Antigua Grecia el mito de la vida, simbolizado por la metáfora de un hilo que determinaba el destino de las personas y que fue representado por las tres Moiras, hijas de Noche.
Asimismo, en el mundo plástico, el gran artista Velázquez pintó durante el Barroco este tema mitológico en su obra Las hilanderas (1658),
Al igual en el mismo periodo artístico, destaca la pintura del holandés Johannes Vernier La encajera (1669-1670), El sentido de estas obras puede analizarse como la labor constructiva de la mujer sobre la Tierra.
El arte del siglo XX tampoco ha sido ajeno a la sensibilidad inspiradora de los temas mitológicos relacionados con las labores textiles, que fueron usados para definir la identidad femenina En estos trabajos el hilo es representado como elemento de vida, astucia e intelecto, que da anhelo y proporciona un vital soporte en el que se sustenta el ser humano en la existencia.